Por Sergio Giral
Luvia, callejones tortuosos, interiores lóbregos, espacios vacíos, ángulos de cámara torcidos y un montaje dinámico y a veces caótico conforman la estética de The Chaser, un film surcoreano debut del director Hing-jin Na, un thriller crudo que denuncia la incompetencia institucional, la corrupción administrativa y la misoginia de resultados sangrientos en la ciudad de Seul. Jung-ho (Kim yun-Seok) es un ex policía detéctive que deviene en proxeneta. Varias de las chicas que trabajan para él han desaparecido posiblemenete víctimas de algún competidor en el oficio que las haya robado. Desde su primer escena el film entrega un estudio de carácter de Jung-ho cuando una de sus chicas demora mucho con un cliente y él interrumpe a bofetadas con el cliente que pregunta quién es. “Yo soy su guardian, imbecil”, responde Jung-ho poniendo en claro su carácter sagaz, violento y centrado en su negocio. Para sustituir el faltante de mujeres, Jung-ho llama a Mi-jin (Seo Young-hee), una de las jóvenes a su cargo, que a pesar de encontrarse con un fuerte resfriado responde al mandato del proxeneta: "Cómo que estás enferma a mediados del verano o está intentando huir como las demás?", que define su arrogancia y cínismo. Mi-jin va camino a su oficio y desaparece, dejando sola a su hija de siete años de edad. Temiendo otro robo de su mercancía humana, Jung-ho sale en busca de la joven y descubre que las demás chicas desaparecidas responden al mismo cliente. Temiendo que Mi-jin se encuentre en peligro sale en su busca; con toda razón, porque la chica se ha encontrado con un cliente sicópata que procede a poseerla clavándole un cincel en el cráneo. A partir de esta situación el film se convierte en una persecusión implacable del ex-policia-proxeneta al asesino misógeno, Ji Young-min (Ha Jung-woo), un joven solitario que habita en una casa abandonada o más bien expropiada a sus dueños a puro golpes de martillo. En su huida el asesino cae en manos de Jung-ho que lo golpea brutalmente en busca de la verdad. Finalmente ambos terminan en la estación de la policía, donde se interroga al joven si ha vendido a las mujeres y él confiesa cinicamente “No, yo no las vendí, yo las mate” y agrega que su última víctima, Mi-jin, debe estar aún con vida. Jung-ho envía a su ayudante Meathead [Ko Bon-woong] con la tarea de rastrear el vecindario puerta por puerta en busca de la casa donde agoniza la prostituta. A pesar de la confesión del seral killer, la policía no tiene pruebas para detenerlo por más de 12 horas, en las que Jung-ho busca desesperadamente a Mi-jin para probar los crímenes del asesino, pero a falta de pruebas la policía se ve obligada a liberalo, poniendo en claro su ineptitud y la de los politicos de la ciudad.
Con un humor negro a lo Oldboy de Chan-wook Park, el asesino describe impaciblemente su elección de un martillo y un cincel para cometer su crímenes, “cómo se hace con los cerdos ", declara impacible mientras que un sicólogo determina la impotencia sexual el motivo de sus crímenes (el personaje está basado en el vida real de Yoo Young-cheol, condenado en 2005 por el asesinato de 21 personas, incluyendo a las prostitutas que llegaron a su casa). Así como Old Boy narra la historia de un hombre que ha estado encerrado en una habitación de hotel durante 15 años sin conocer los motivos de su captor y cuando finalmente es liberado busca venganza y redención, The Chaser compara el proxenetismo con la sicopatía del crimen sexual y propone una búsqueda desesperada por la vida y un brutal desenfado por la violencia, donde Jung-ho aprende que su elección de proxeneta lo ha llevado a compartir un mundo donde la mujer es una mercancía que facilmente se puede destruir y ese horror le hace ver su vida fragmentada, que lo lleva aprender una lección terrible quizás demasiado tarde.The Chaser distribuido por IFC es precedido por títulos como Shiri, comprado sus derechos para un remake de Miramax, JSA (Joint Security Area) en el año 2000 y la comedia romántica My Sassy Girl, todos filmes surcoreano de gran éxito. The Chaser, del director Hong-jin Na, fue premiada como mejor película, major director y actor en el Festival de Daejong y sus derechos fueron vendidos para un remake a la Warner Bros en marzo de 2008 por un millón de dólares, para ser potencialmente interpretado por Leonardo DiCaprio, pero hasta el momento no se producido el acuerdo.
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