LA IMAGEN ROTA

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Monday, March 25, 2013

CONTIGO PAN Y CEBOLLA

UN VIAJE AL PASADO                                                                                                 Por Sergio Giral
Cuando asistí a la puesta teatral de Contigo Pan y Cebolla en la Sala Avellaneda del Akura Teatro no pude evitar hacer un viaje al pasado, el día de su estreno en la sala Hubert de Blanck de La Habana, por el grupo Teatro Estudio, en 1964, dirigida por Sergio Corrier. La obra de Héctor Quintero (1942-2011) se convirtió en una de las más exitosas del teatro vernáculo cubano contemporáneo; entonces interpretada por tres grandes actores, Berta Martínez, Manuel Pereiro, Silvia Planas y la novel actriz Flora Lauten. Ahora la puesta en escena bajo la dirección de Alberto Sarraín, cuenta con la participación de los actores Yvonne López Arenal, Micheline Calvert, Carlos Alberto Pérez, Liset Jiménez, Andy Barbosa, Joelvis Batista, José Quesada y la actuación especial de Mabel Roch en el papel de Fermina. Akura teatro es un ejemplo de voluntad y dedicación al teatro . Sus creadores, la actriz y directora Yvonne López Arenal y el director de fotografía Mario García Joya, ambos artístas forjado en el cine y el teatro cubano, son ejemplos de tenacidad en la difícil tarea de mantener en alto al teatro en Miami, plaza preferencial de veraneo y música. La sala ubicada al sur de la ciudad, ofrece al público un clima íntimo y acogedor con puestas respetables. Regresando a Contigo Pan y Cebolla, más que ubicada en la tradición del teatro vernáculo, la encuentro parte vigorosa del teatro del absurdo, escrito y promovido en Cuba por Virgilio Piñera, interesado en plasmar las vicisitudes de una familia clase media baja de los años 50. Quintero coloca su trama en el mismo tiempo y lugar y realiza un vivo retrato de sobrevivencia familiar en la capital habanera. Si bien es cierto que en dicha época la sociedad se encontraba en crisis política, también lo es que la clase media era extensa en el país y empañada en realizar sus sueños más allá de sus propias posibilidades.

Lala (Ivonne López-Arenal)
La voluntad del protagónico, Lala, en su gestión matriarcal de ir adelante con su familia ofrece una mezcla de situaciones melodramáticas y cómicas por sus contradicciones con la realidad. Lala no solo sueña con lograr el patrón de una familia clase media, sino que lo impone como superobjetivo; el hijo estudiando pintura en San Alejandro, la hija baile español y piano y el ventilador de “Aire Frio” convertido en un refrigerador, moderno utensilio doméstico imprescindible en una isla del Caribe; todo esto pendiente del exiguo sueldo de Anselmo, el jefe de familia exprimido por unos comerciantes judios. Estos personajes cotideanos encuentran una perfecta armonía en la dirección de Alberto Sarraín y su elenco principal. La puesta en escena es ágil y sus objetivos dramáticos bien amarrados, de tal forma que Ivonne López-Arenal encarna una Lala enérgica y decidida a lograr sus expectaciones en contraste con el Anselmo de Carlos Alberto Pérez, resignado a su suerte y en constant protesta por los excesos domésticos de su esposa, pero fiel amante esposo que ofrece un ultimatum de “pan y cebolla” como prueba de un gran amor. El resto de la familia interpretado por los noveles actores Liset Jiménez y Andy Barbosa cumplen con dignidad su actuación. Dos personajes se destacan en la puesta, Fermina, interpretado por Mabel Roch, la vecina indiscreta a punto de descubrir el secreto menu familiar de sopa aguada y huevo fritos, socorrida cena de los pobres y Fefa, la abuela olvidada en un rincón de la casa y amenazada con perder su único entretenimiento; una novela radial con la llegada del refrigerador. Calvert logra su personaje con un mínimo de recursos expresivos que subrayan los acontecimintos en una acción-reacción a lo largo de la trama. La Fermina de Mabel Roch en su única salida es hilarantemente y de furtes trazos vernáculos. Uno de los aspectos técnicos que resaltan es la escenografía de Luis Suárez y el diseño de luces del Mario García Joya. Ambos logran en el relativo espacio escénico una reconstrucción de época realista que invita a la nostalgia.

Héctor Quintero
Héctor Quintero, nacido en La Habana en 1942, es considerado uno de los autores más importantes de la escena en la isla por su carrera teatral, la radio, la televisión y el cine. Entre los títulos más recordados figuran El premio flaco, Mambrú se fue a la guerra, Si llueve te mojas como los demás, La última carta de la baraja y el musical Algo muy serio. Dirigió el Teatro Musical de La Habana durante 12 años y en reconocimiento a su labor escénica, recibió en Cuba el Premio Nacional de Teatro, que lo reconoce entre las grandes figuras de la cultura contemporánea. Héctor Quintero falleció en La Habana el 6 de abril de 2011. La puesta en escena del Akura Teatro en Miami, es una prueba de la trascendencia del arte más allá del tiempo y el espacio.

Thursday, March 21, 2013

DE VAMPIROS Y ZOMBIES

 Por Sergio Giral
Nosferatum
En la producción de Hollywood de los años treinta y curenta se destacaron los film parlantes de horror, compartiendo las pantallas con dramas románticos, westerns, comedias y el filmnoir. Este género gótico importado de la Europa Central con gran influencia del cine impresionista alemán de la República Weimar, produjo clásicos como, The Cabinet of Dr. Caligari de Robert Wiene's en 1920 y las leyendas de Transilvania Nosferatu de F. W. Murnau's en 1922. La tradición encontró abrigo en los estudios fílmico americanos; Universal Picture, Paramount, Waner Brothers y RKO se plagaron de vampiros, zombies y momias vivientes. Dracula de Tod Browning, adaptation del original del Bram Stoker y Frankenstein, de James Whale, del clásico de Mary Shelleyen, ambos realizados en 1931, trajeron a las pantallas actores que fueron reconocidos verdaderos íconos del cine de horror. El rumano Bela Lugosi encarnando al conde Drácula y el inglés Boris Karloff, al monstruo nacido de las buenas intenciones de un científico loco. The Mummy (1932) del checo Karl Freund, también con Boris Karloff en el papel de la momia del principe egipcio Im-Ho-Tep en una búsqueda cruenta de su amor perdido. Wolf Man, en 1941, dirigido por George Wagner, interpretado por Lon Chaney Jr. e inspirado en una versión temprana de Edmund Mortimer en 1924. El éxito en las taquillas de temas sobrenaturales y de horror desataron una saga de films de diferente títulos y con los mismo actores, donde se destacan Bride of Frankenstein y Son of Frankenstein del propio Whale.
 Es curioso que 80 años más tarde resurja el tema de horror de vampiros y zombies, ahora encarnado por jóvenes atractivos, tanto en el cine como en la televisión, compitiendo con el cine de catástrofe, las invaciones extraterrestes, las conspiraciones contra el gobierno y los Body Snatchers. Esta amalgama de resucitadod pestilentes y ávidos de sangre y carne humana ha tomado nuevas formas y un nuevo lenguaje: la cotideanidad.

The Twilight Saga: Breaking Dawn 
Los nuevos filmes de este género no ha respetado nacionalidad ni tiempo y una buena prueba de esto son las versiones contemporáneas de Hollywood The Twilight Saga: New Moon, Eclipse hasta su serie final la episódica The Twilight Saga: Breaking Dawn (2011), dirigida por Bill Condo y basado en las novelas de Stephenie Meyer sobre el romance de vampiros adolescentes. Ahora el género se desvía hacia melodramas de amor imposible. En New Moon (2009) del director Chris Weitz y Eclipse dirigida por David Slade, la adolescente Bella (Kristen Stewart) está locamente enamorada de un joven y bello vampiro que entre su pasión chupoctera reserva un espacio de ternura y humanidad. La trama descansa en el conflicto de Edward que se niega a desangrar a su amada Bella, a pesar que esta se muere de las ganas, y como prueba de amor renuncia a ella y desaparece. Esta ruptura lanza a Bela a una depresión que solo encuentra consuelo en Jacob (Taylor Lautner) un atlético hombre lobo que intenta proteger a la joven heroína de un ejército de vampiros y a pesar de su ferocidad posee iguales principios de decencia que su rival. Así como Drácula y el Hombre Lobo fueron una atracción para generaciones pasadas, ahora los jóvenes chupócteros y licantrópicos sufren de amores imposibles y se derriten en pura melancolía. Este nuevo tratamiento del tema subvierten los valores de un idilio a la Romeo y Julieta de ultratumba. Una mirada continente a tan vieja historia, traiciona el clásico lado oscuro del deseo que caracteriza las versiones anteriores, ofrece un mensaje de abstinencia sexual a los jóvenes espectadores y propone controlar la violencia y la sexualidad masculina, ambas simbolizadas por el vampiro y el hombre lobo, que en vez de morder la yugular de sus víctimas las protegen de otros vampiros violadores. Una nueva fórmula del género con mucha sangre pero poco o ningún sexo.

Otro de los temas favoritos del cine de horror es el de los zombies, que habían llenado las pantallas en los anales del cine silente con decenas de títulos sobre los muertos-vivientes y que encontraron seguidores con White Zombie (1932) y I Walked with a Zombie (1943). Los zombies y los muertos viven regresan a la pantalla chica, que cada vez es más grande con The Walking Dead 2010, una serie de televisión dramática estadounidense de horror desarrollada por Frank Darabont. Se basa en la serie de cómics del mismo nombre por Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, protagonizada por Andrew Lincoln como el alguaciles deputy2 Rick Grimes, quien despierta de un coma para encontrar un mundo postapocalíptico dominado por caminantes carnívoros, que se asemejan a los zombies. En busca de su familia se encuentra con muchos muertos-vivos en su camino y un grupo de supervivientes que hacen frente a la invasion, Rick encuentra a su esposa e hijo y a su mejor amigo Carl y juntos emprenden una batalla campal contra ultratumba. La mayoría de la historia tiene lugar en Atlanta, donde los sobrevivientes buscan un refugio lejos de las hordas de habrientos muertos-vivos, que devorana todo el que encuentren es su camino y quien muere durante la cena carnívora volverá como un zombie. La única forma de destruir a los zombies es destruyendo sus cerebros.

The Walking Dead encuentra sus antecedents en el film homónimo de de Michael Curtiz, en 1936 y con Boris Karloff una vez más, como el ex convicto por asesinato que es resucitado por un científico después de su ejecución y The Night of the Living Dead de George A Romero, 1968, donde los muertos reviven y se comen a los vivos y varias personas se esconden dentro de una casa en un intento de sobrevivir la noche. Ahora The Walking Dead parece haberse instaldo para siempre en las pantallas de la TV, alcanzando una tercera temporada en el 2013 con 35 episodios y un enorme “rating” de espectadores. En la época de tecnología digital y la revolución cibernética este desmedido gusto por la necrofilia y el canibalismo se aleja del romanticimso que una vez envolviera a los clásicos films de horror, entregando una vision desgaradora y pragmática que no deja espacio a la especulación sino que nos enfrenta a la naturaleza de nuestros tiempos. Por eso, siempre antes de dormirse, asegúrese que no hay un zombie asomado a su ventana.