Por Jesús Hernández Cuéllar tomado del blog Contacto
Conocida por unos como la capital del sol, por otros como la capital del exilio cubano, Miami es la cuarta zona urbanizada más grande de Estados Unidos después de Nueva York, Los Angeles y Chicago. Su puerto alberga el mayor volumen de cruceros del mundo, y la ciudad tiene la mayor concentración de bancos internacionales en todo el territorio estadounidense. Es también un gran centro de la cultura popular, y con sus 24 rascacielos en proceso, a punto de sobrepasar los 122 metros, Miami es la tercera ciudad más alta del país, después de Nueva York y Chicago, y la número 18 del mundo en ese renglón. La torre de su imponente hotel Four Seasons mide 240 metros. Es todo un símbolo. En 2008, la revista Forbes galardonó a Miami por ser la "Ciudad más limpia de Estados Unidos", por la calidad de su aire, sus grandes espacios verdes y su programa de reciclaje. Miami se constituyó en municipio, con gobierno propio, en 1896. Desde entonces se desarrolló como una pequeña localidad turística del sur de Florida. Hasta allí llegaban estadounidenses retirados, para refugiarse de los crudos inviernos del norte. Cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba, en enero de 1959, comenzó la era moderna de Miami. Medio millón de exiliados cubanos arribaron a la ciudad floridana en la primera década del proceso revolucionario cubano. Otros 125 mil llegaron durante el éxodo de Mariel de 1980. Otros miles arribaron mediante éxodos posteriores y luego de haber desertado en terceros países. Hoy día, el municipio de Miami tiene una población de 433 mil 136 habitantes, y la zona metropolitana del condado de Miami-Dade, que rodea a la ciudad, tiene cinco millones 414,712 habitantes. El alcalde de la ciudad de Miami es el periodista cubano Tomás Regalado, de 62 años, ex reportero de Univisión y ex director de noticias de WAQI (Radio Mambí), que fue elegido para ese cargo el 3 de noviembre de 2009. Regalado mantuvo su promesa de reducir el salario de ese puesto de 150 mil dólares anuales a 100 mil, y su pensión en un 25 por ciento. Regalado llegó a la ciudad en 1962 como parte de la Operación Pedro Pan, mediante la que 14 mil niños cubanos viajaron a Estados Unidos sin sus padres. La actual crisis económica ha colcocado la tasa de desempleo de Miami-Dade en 12.3 por ciento, bastante por encima del promedio nacional de 9.6 por ciento. La ciudad espera recuperar su ritmo en la medida en el que el resto del país lo haga. Mientras tanto, se mantiene como un puente extraordinario de comercio entre Estados Unidos y América Latina. Pero también, durante más de 50 años, hemos sido testigos de una guerra sin cuartel contra Miami. El régimen cubano ha gastado una verdadera fortuna en demonizar a la capital del exilio cubano. Epítetos como "reaccionarios", "corruptos", "terroristas", "radicales", "intransigentes" y otros muchos han caído sobre los cubanos exiliados, los mismos cubanos que hicieron posible el Miami moderno. El mismo exilio que mantiene con un cierto grado de aliento a sus familiares en Cuba, con el envío de ayuda económica. Uno de los objetivos del castrismo ha sido revertir la realidad histórica de que los exilios son víctimas de las dictaduras. En este caso, la meta ha sido convertir al exilio cubano, ante la opinión pública, en "victimario" y a la dictadura que gobierna a Cuba en "víctima". El sentido común más elemental diría que ese proceso ha sido una reacción lógica. Todas las fuerzas políticas intentan descalificar a sus enemigos. Pero en el caso de las relaciones entre la dictadura cubana y el exilio de Miami, la situación es mucho más compleja. No ha existido exilio reciente alguno, excepto uno, que haya podido superar en renglones básicos a la dictadura que lo victimizó. Esa excepción ha sido el exilio cubano de Miami. ¿Para qué se hace una revolución como la cubana? Supuestamente para conceder libertades, derechos y bienestar para el pueblo. Pues eso no fue lo que consiguió la revolución cubana. El régimen político que nació de ella ha sido y es dictatorial e incapaz de ofrecer una calidad de vida apropiada para el pueblo cubano, que hoy día vive con salarios inferiores a un dólar al día. El régimen de los hermanos Fidel y Raúl Castro ha necesitado entonces neutralizar al exilio cubano, simplemente porque éste logró construir una ciudad próspera y moderna, con una calidad de vida muy superior a la que han disfrutado los cubanos de la isla, en un país extranjero, sin disparar un tiro, sin encarcelar a sus enemigos y sin fusilar a sus opositores.
Esa es la verdad desnuda de las relaciones entre el exilio cubano de Miami y la dictadura de los hermanos Castro. Y todo ello, a pesar de que Miami es sólo una ciudad, y Cuba la nación más antigua del Hemisferio Occidental, a la que llegó Cristóbal Colón en octubre de 1492. Con toda seguridad, así describirán este proceso los historiadores honestos que hoy día tal vez están apenas comenzado sus estudios universitarios, en la propia Cuba.Conocida por unos como la capital del sol, por otros como la capital del exilio cubano, Miami es la cuarta zona urbanizada más grande de Estados Unidos después de Nueva York, Los Angeles y Chicago. Su puerto alberga el mayor volumen de cruceros del mundo, y la ciudad tiene la mayor concentración de bancos internacionales en todo el territorio estadounidense. Es también un gran centro de la cultura popular, y con sus 24 rascacielos en proceso, a punto de sobrepasar los 122 metros, Miami es la tercera ciudad más alta del país, después de Nueva York y Chicago, y la número 18 del mundo en ese renglón. La torre de su imponente hotel Four Seasons mide 240 metros. Es todo un símbolo. En 2008, la revista Forbes galardonó a Miami por ser la "Ciudad más limpia de Estados Unidos", por la calidad de su aire, sus grandes espacios verdes y su programa de reciclaje. Miami se constituyó en municipio, con gobierno propio, en 1896. Desde entonces se desarrolló como una pequeña localidad turística del sur de Florida. Hasta allí llegaban estadounidenses retirados, para refugiarse de los crudos inviernos del norte. Cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba, en enero de 1959, comenzó la era moderna de Miami. Medio millón de exiliados cubanos arribaron a la ciudad floridana en la primera década del proceso revolucionario cubano. Otros 125 mil llegaron durante el éxodo de Mariel de 1980. Otros miles arribaron mediante éxodos posteriores y luego de haber desertado en terceros países. Hoy día, el municipio de Miami tiene una población de 433 mil 136 habitantes, y la zona metropolitana del condado de Miami-Dade, que rodea a la ciudad, tiene cinco millones 414,712 habitantes. El alcalde de la ciudad de Miami es el periodista cubano Tomás Regalado, de 62 años, ex reportero de Univisión y ex director de noticias de WAQI (Radio Mambí), que fue elegido para ese cargo el 3 de noviembre de 2009. Regalado mantuvo su promesa de reducir el salario de ese puesto de 150 mil dólares anuales a 100 mil, y su pensión en un 25 por ciento. Regalado llegó a la ciudad en 1962 como parte de la Operación Pedro Pan, mediante la que 14 mil niños cubanos viajaron a Estados Unidos sin sus padres. La actual crisis económica ha colcocado la tasa de desempleo de Miami-Dade en 12.3 por ciento, bastante por encima del promedio nacional de 9.6 por ciento. La ciudad espera recuperar su ritmo en la medida en el que el resto del país lo haga. Mientras tanto, se mantiene como un puente extraordinario de comercio entre Estados Unidos y América Latina. Pero también, durante más de 50 años, hemos sido testigos de una guerra sin cuartel contra Miami. El régimen cubano ha gastado una verdadera fortuna en demonizar a la capital del exilio cubano. Epítetos como "reaccionarios", "corruptos", "terroristas", "radicales", "intransigentes" y otros muchos han caído sobre los cubanos exiliados, los mismos cubanos que hicieron posible el Miami moderno. El mismo exilio que mantiene con un cierto grado de aliento a sus familiares en Cuba, con el envío de ayuda económica. Uno de los objetivos del castrismo ha sido revertir la realidad histórica de que los exilios son víctimas de las dictaduras. En este caso, la meta ha sido convertir al exilio cubano, ante la opinión pública, en "victimario" y a la dictadura que gobierna a Cuba en "víctima". El sentido común más elemental diría que ese proceso ha sido una reacción lógica. Todas las fuerzas políticas intentan descalificar a sus enemigos. Pero en el caso de las relaciones entre la dictadura cubana y el exilio de Miami, la situación es mucho más compleja. No ha existido exilio reciente alguno, excepto uno, que haya podido superar en renglones básicos a la dictadura que lo victimizó. Esa excepción ha sido el exilio cubano de Miami. ¿Para qué se hace una revolución como la cubana? Supuestamente para conceder libertades, derechos y bienestar para el pueblo. Pues eso no fue lo que consiguió la revolución cubana. El régimen político que nació de ella ha sido y es dictatorial e incapaz de ofrecer una calidad de vida apropiada para el pueblo cubano, que hoy día vive con salarios inferiores a un dólar al día. El régimen de los hermanos Fidel y Raúl Castro ha necesitado entonces neutralizar al exilio cubano, simplemente porque éste logró construir una ciudad próspera y moderna, con una calidad de vida muy superior a la que han disfrutado los cubanos de la isla, en un país extranjero, sin disparar un tiro, sin encarcelar a sus enemigos y sin fusilar a sus opositores.
(Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine, revista que fundó en julio de 1994 en Los Angeles, California. Ha sido además redactor de la agencia EFE en La Habana, Cuba, San José, Costa Rica, y Los Angeles, California, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles, UCLA)
City of Miami
No comments:
Post a Comment