“De repente, me encontré parado frente a la puerta de una habitación que sus llaves nunca se me dieron hasta entonces. Fue una habitación donde yo siempre quise entrar y donde él se movía libremente y a pleno gusto”.
Ingmar Bergman sobre Andrei Tarkovsky
Andrei Tarkovsky
¿En que dimensión se mueve Tarkosky? ¿La guerra, el dogmatismo, las persecuciones, la represión, la censura, la memoria? La desesperación del artista que al expresarse siempre piensa que ha dejado algo por decir, no es el caso en la obra de Tarkovsky, capaz de condensar la escencia de su discurso en en largos planos secuencia que expresan toda su angustia existencial en un tempo lento y seguro de su efectismo. Va más allá de la exposición de sus ideas en imágenes sino que crea una dimensión de la realidad independiente de la cognositiva. Utiliza el lenguaje fílmico para crear un discurso filosófico permeado por la pesadumbre del prisionero. En su obra se encuentran presentes los elementos que distinguen su discurso estético; tierra, aire, fuego, agua, representación enigmática de la naturaleza y la obra del tiempo sobre la vulnerabilidad de la materia; catedrales abandonadas, mansiones en ruinas, sueños recurrentes, la memoria, la infancia, residuos de agua, perros solitarios, simbolismo cristiano ortodoxo, paisajes desiertos que dicen de un mundo interior torturado por su propio talento, por su infinita nostalgia del tiempo, por la constante persecusión del arte, por su propio destierro. El artista logra siete filmes en su voluntad de elevar el cine a niveles de la literatura y las artes plásticas, siete legados al arte y la cultura universal, siete documentos de constante acecho y represión del ser por la vasta incomprensión de los represores. La paradoja de Tarkovsky es que la escencia de sus films es autenticamente rusa, tanto como lo fuera Tolstoi o Bordanchuk, en su cine no existe alguna tendencia extranjerizante que pudiera molestar a la ferrea censura soviética, pero al contrario este factor intranquilizaba a los censores al no poder calificarlo de subversivo per se.Mi nombre es Iván (1962), basado en la novela de Vladimir Bogomolov narra la historia de un niño y su infancia perdidad en medio de la guerra bajo la bota nazi. Sueños retrospetivos de dias felices, la madre, la casa, el perro, la muerte, signos de gran poder lírico y opresivo a la vez distinguen este film, que logró vencer la censura y mereció el Golden Lion en el Festival de Venice, 1962.
En Andrei Rubliov (1969) Tarkovsky rememora la vida del famosos pintor de íconos medievales, Andrei Rublev, que frente a la crueldad de su época decidió dejar de pintar y de hablar hasta que viera un milagro de humanidad. Narrado en impresionantes episodios, el film es contemplativo y a la vez propone una estrecha relación entre el humano y el mundo que lo rodea. Abre con el empeño obsesivo del hombre desde sus comienzos, que es volar en un globo. A pesar del acoso de las autoridades monta en vuelo y se cumple el sueño: ver al mundo dede el espacio. Denuncia la intolerancia del poder con el aristócrata que manda a cegar a los artesanos que huyen de su condado, en otro final se cumple la voluntad humana en un bello acto de entrega incondicional al arte, donde un joven herrero logra fundir y hace sonar una campana sin grandes conocimientos de su oficio. Esta serie de meditations fueron interpretadas como una crítica al régimen soviético y el film fue prohibido por varios años, pero su absoluta belleza rompió el cordón represivo y el film logró ganar el primer premio en el Festival de cine de Cannes
Solaris se interna en las dimensiones del pensamiento, la conciencia del hombre y la inteligencia extraterrestre, para narar una historia de amor desesperado en una estación espacial, donde los deseos y miedos del pasado se materializan y se empeñan en convivir con el sujeto.
Stalker se adentra en el espacio y la búsquea del conocimiento guiado por un stalker que posee los poderes para llegar a una zona donde su cumplen los deseos más ambicionados. Un debate filosófico entre lo intelectual y lo científico y la relatividad del espacio y el tiempo.
Andrei Tarkovsky murió en París el 29 de diciembre de 1986. En la lápida de su tumba creada por el escultor ruso Ernst Neizvestny en el cementerio ruso de Sainte-Geneviève-des-Bois en Francia, se lee: El hombre que vio al ángel.
Andrei Tarkovsky Filmografía:
The Sacrifice (1986) (as Andrei Tarkovskij)
Nostalghia (1983)
Tempo di viaggio (1983) (TV)
Stalker (1979)
The Mirror (1975)
Solaris (1972)
Andrei Rublev (1966)
My Name Is Ivan (1962)
2 comments:
Bello texto Sergio, gracias por esto.
Que extraordinaria reflexión, gracias por darme luces, como siempre y para variar.
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