LA IMAGEN ROTA

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Thursday, May 5, 2011

UN PUEBLO ENCIMA DE UNA MONTAÑA
Por Sergio Giral
En mi visita a la Universidad de North Carolina en compañía de Armando Dorrego, mi amigo y productor, con el fin participar en la conferencia sobre el desplazamiento demográfico con mis films sobre la esclavitud en Cuba siglo XIX, tuve la experiencia de también visitar Asheville, un pueblo en el corazón de las montañas Blue Ridge. A 136 millas de Charlotte, la capital de Carolina del Norte, el viaje en auto a lo lago de carreteras guarnecidas por frondosa vegetación en las laderas montañosas nos condujo a Asheville, la ciudad más grande en el condado de Buncombe, que sirve como el centro regional de negocios, salud y servicios humanos y las artes.
Asheville
Caminamos por el Centro Cívico, que es el Down Town de la ciudad, entre elegantes turistas, pequeños cafecitos, tiendas de despedían olor a incienso y ofrecían mantos de la India y otros artículos espiritualista, que completaban el ambiente bohemio . En el Biltmore Park Town Square en el centro de la ciudad, se celebraba un mercado de artesanía local, donde jóvenes músicos llenaban el lugar con alegres notas. Caminar por estas calles empinadas resultaba una nueva experiencia para el que vive en Miami, ciudad plana. Y atestiguar la historia de esta ciudad levantada encima de una montaña mucho más.
Asheville fue habitada por primera vez en 1784 por un joven pionero de nombre William Davidson, que junto con su esposa e hijos caminó a través de las montañas Blue Ridge y se establecieron en la zona del Valle de Swannanoa más conocida como "Tierra de Eden", tierra de aborigenes Cherokee, donde construyó una cabaña en el Banco de Christian Creek, resultando ser la primera familia de colonos en la zona. Pero la aventura de Davidson duró poco, porque fueron precisamente los habitantes originales de las montañas quienes cambiaron su vida o mejor dicho, terminaron con ella. Davidson fue emboscado por unos cazadores Cherokees y muerto. La esposa, niños y mujeres esclavas huyeron a pie a través de las montañas y el hermano gemelo de Davidson, Major William Davidson junto a su cuñado Coronel Daniel Smith formaron una expedición para recuperar el cuerpo de Davidson y vengar su muerte. Finalmente la familia se estableció en la desembocadura del arroyo conocido como Bee Tree Creek. Atradios por la riqueza natural de la zona, la población creció en pocos años y según el Censo de 1790, que excluía a los nativos americano Cherokee, la zona contaba con 1,000 residentes en el área donde dos caminos nativos se encontraban y que más tarde se nombró Asheville, en memoria del gobernador de North Carolina, Samuel Asheville.
Biltmore de los Vanderbilt.
Atraido por la belleza del pasiaje, un joven aristócrata de Nueva York visitó Asheville en la década de 1880 con su madre para ver lo que describió como el lugar más hermoso del mundo. George W. Vanderbilt compró 125.000 hectáreas y finalmente construyó lo que hoy es residencia privada más grande de los Estados Unidos, Biltmore, en honor a "Bilt", la ciudad holandesa hogar de sus antepasados y "more", que exprea la grandilocuencia de la residencia.
Pero tan romántico enclave espiritual también tuvo sus dias oscuros.
Aunque la esclavitud en Asheville era diferente al sistema de plantación sureño, dado el paisaje montañoso que no permitía grandes plantaciones de algodón y la dificultad de viajar a través de las montañas, hicieron que los esclavistas poseyeran pocos esclavos. Según el Censo de 1850, los negros esclavos constituían el 13% de la pobación del condado Buncombe, en el que hoy se encuentra, Asheville.
Una prueba de esa triste historia es el testameneto del ciudadano James McConnel Smith en 1850.” "También le doy y lego a mi esposa Polly durante su vida natural los siguientes esclavos negros, es decir Bob (el curtidor) y su esposa Lidia y sus hijos, Alexander, Sy (el Herrero), Bob Hardin, Catherine y Betsey, también Moses, junto con toda la familia y los muebles de la cocina de la casa”.
Otro dramático episodio de esta ciudad de la montaña fue su vital participación militar confederado en la Guerra Civil, que escribieron páginas de derrota del 60 º Regimiento de Carolina del norte en la Batalla de Asheville.
Lo que hoy es una atractiva ciudad también tuvo sus dias triste cuando la Gran Depresión llegó a Asheville en los años 30, que le hicieron perder su lujo y brillo para caer en una crisis económica desbatadora. Con el pasar del tiempo y como el ave Fenix, la ciudad supo salir de su atolladero y recuperar el esplendor de antaño, que hoy pudimos disfrutar y guardar en nuestros recuerdos.
 
Armando combate la Ley Seca
Regresando a nuestro viaje; almorzamos en un café-bar de nombre Soltice, los acostumbrados Bar-B- Qs de la zona, luego tomamos un expresso en un cafecito bohemio titulado “The Smelly Cat” y finalmente cenamos en un restuarant indú un delciosos pollo curry acompañado por una botella de vino Château d’Ori Cabernet Merlot 2007 de las viñas de Karnataka. Antes de caer la noche sobre las montañas de Blueridge, emprendimos el viaje de regreso por la carretera, dejando atrás la interesante experiencia de un pueblo encima de una montaña.


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