Por Sergio Giral
Doris Wishman
Concí a Doris Wishman en el Alliance, una organización fílmica de Miami Beach ubicada en Licoln Road. Entre sus múltiples servicios que incluían proyecciones de cine de ensayo y hasta un Festival de las Americas, que llegué a dirigir, el Alliance brindaba servicio de edición a los cinestas independietnes de la zona en una suite VHS junto a su editor Abel Klainbaum, un joven entusiasta de la localidad. Yo me encontraba editando un documenal sobre los derechos humanos de los gays y lesbianas en Miami, Chronicle of an Ordinance, y coincidí en varias ocaciones con Doris en el lugar. Es más, en algunos casos tuvimos que esperar que uno terminara su turno de edición para comenzar el otro. Doris era una dulce viejita de cuatro pies de altura y ademanes resueltos. Poco sabía de ella e imaginaba sus films romantizados en el marco tropical de Miami o tiernas fábulas infantiles. En una ocación Abel faltó y vi sentarse a Doris frente a la suite de edición y comenzar a cortar su propio film. Me acerqué curioso y con el pretexto de preguntarle por el editor, le eché una mirada furtiva a la pantalla del monitor. Para mi sorpresa vi la imagen de una mujer desnuda que gritaba horrorizada bajo la paliza de un maniaco. ¿Pero qué hacía esa cineasta en sus 80 años realizando un film sexual?
Durante los años sesenta la revolución sexual, los hippies y la guerra de Viet-Nam dieron como resultado una explosión de cine conocido como sexploitation, una zona límite entre la pornografía dura y la blanda. Muchos son los títulos que conforman este movimiento cinematográfico. Para entonces Doris, cineasa autodidacta, era una bella mujer casada e interesada en el nudismo que la llevara a realizar ocho films entre 1960 y 1964 sobre este tema. Entre esos títulos se encuentran Blaze Starr Goes Nudist (1962) y Gentlemen Prefer Nature Girls (1962). Su apreciación del desnudo femenino y la atmósfera tautológica reinante la inspiraron a dirigir sus films en dirección al género sexual con los medios técnicos que contaba en aquells momentos, su sentido de la estética y su dramatúrgia personal. Bad Girls Go to Hell (1965) es una de sus films más conocido y el más representativo del sexploitation en su filmografía. Realizado bajo el seudónimo de Louis Silverman, narra la historia de una chica que huye a la gran ciudad después de haber asesinado a su violador y termina víctima de los abusos sexuales propios de la metrópolis. En este film, como en muchos otros, Doris contó con la colaboración del director de fotografía C. Davis Smith. La obra de Doris con más de 30 films es una de las más extensas de este género. Entre estos “Los Peligros Sexuales de Paulette en 1965, Deseos Indecentes en 1967 y Mucho y Demasiado en 1968. Su prolífera carrera no se detuvo y durante los años setenta realiza Satan era una Mujer y Ven conmigo, Mi Amor, dos films explicitos sexuales conocidos en el género como hardcore. Otro de los temas que motivó a Doris fue la transexualidad y uno de sus trabajos más conocidos es el docudrama , Déjame Morir Mujer de 1978 donde participa la actriz-porno Harry Reems. Por su incursión en este género se le compara con Ed Wood por la esponteineidad y la total libertad del discurso fílmico.
A finales del los noventa, Doris realizó un remake de su film Satan era una Mujer, en esta ocasión un soft-porno que obtuvo Premio Especial del jurado en el New York Underground Film Festival 2001. Otros de los hits sexploitation de Doris es Deadly Weapons, con la actriz porno Chesty Morgan y guión de la sobrina de Doris, Judith Kushner. Cuenta la historia de Zsa Zsa, una ejecutiva de publicidad que persigue a los asesinos de su novio (Harry Reems) y que se hace pasar por una sripteaser para seducirlos, endrogarlos y finalmente asfixiarlos con sus enormes pechos, para descubrir al final de su venganza que su propio padre fue quien ordenó la ejecución de su amado. Este es el primer film de Doris con Chesty Morgan, famosa por su busto de 73 pulgadas, más tarde realiza con la actriz , Double Agent 73, en que una mujer espía lleva una cámara de microfilms implantada en una de sus poderosas mamas y en la otra una bomba.
Entre las técnicas asombrosas y audaces de esta cineasta fue el uso de escena de sus anteriores films en otro nuevos, mezclandolas y reeditandolas de tal forma que congeniaran con el nuevo tema. Una de estas escenas es la de una bella mujer nadando bajo el agua que aparece en tres diferentes de sus films. Conocer a esta pionera del culto porno sentada frente a la suite de edición en VHS es una de mis grandes experiencias en el mundo de la realización cinematográfica. En aquellos momentos Doris se encontraba editando su penúltimo film y digo su penúltimo ya que en muchas ocasiones la cineasta predijo que a su muerte “continuaría haciendo films en el infierno”.
Su título, Each Time I Kill, filmado en Miami por su colaborador de siempre C. Davis Smith, que cuenta con la actriz Tiffany Paralta interpretando a una joven estudiante que cambia su físico con el de sus víctimas cada vez que comete un crimen y donde John Waters hace un extraño cameo. Este film fue terminado post-mortem y estrenado en el New York Underground Film Festival en 2007. Doris es más que una experiencia en la vida del cine independiente, su obra ha trascendido a la dimensión de culto y por demás al ámbito celeste del cine de explotación sexual. Su extensa cinematografía es distribuida hoy día en formato DVD para disfrute de los amantes del cine kitch, naïf, trash, sexploitaion o como se le quiera llamar.
Doris Wishman nació el la ciudad de New York en 1912 y murió en la ciudad de Miami el 10 de Agosto de 2001.
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