Fragmentos de una entrevista creada por Carlos Barba Salva a Humberto Solás en 2007"
Por Carlos Barba
Fragmentos de una entrevista al cineasta Humberto Solás, realizada en abril de 2007, en Gibara, que aparecerá íntegra en el libro "Cuaderno de entrevistas del Cine Cubano" y en el documental "Humberto", ambos en fase de preparación.
Por Carlos Barba
Fragmentos de una entrevista al cineasta Humberto Solás, realizada en abril de 2007, en Gibara, que aparecerá íntegra en el libro "Cuaderno de entrevistas del Cine Cubano" y en el documental "Humberto", ambos en fase de preparación.
Humberto Solás
"La noche del estreno de Miel para Oshún, aquí en Gibara, que fue una noche muy contradictoria, porque yo había hecho una secuencia donde se robaban una bicicleta, y la bicicleta era robada aquí en Gibara, que es una de las ciudades con menos delincuencia en toda la Isla y nunca habían robado una bicicleta y a mi se me ocurre ubicar a Gibara como escenario de esa secuencia, que podía ser Gibara u otra población de Cuba. De todas maneras era contradictorio porque yo había seleccionado Gibara como locación para unos veinte minutos de la película y se le daba relieve a la ciudad. Pero cuando el público de Gibara vio aquella escena, al final yo sentí que la película no había funcionado entre los espectadores y me pongo a averiguar y era que estaban, con mucha razón, disgustados porque es una ciudad que es un paradigma de comportamiento civil y yo había puesto el único robo, el único acto delictivo que ocurría en la película, lo situaba aquí. Inclusive, esa noche me iban a entregar un premio, me nombraban o me daban la llave de la ciudad, me nombraban algo y lo guardaron en una gaveta. Pero mientras eso ocurría, que yo me daba cuenta que algo malo estaba pasando, ya yo durante la proyección había imaginado la idea de un festival y les lancé la idea de hacer un festival en Gibara, anual, donde se exhibieran películas de muy bajo presupuesto, donde hubiera límites para la entrada de esas películas, y desde luego que les gustó la idea, ahí comenzó toda una aventura que culmina en este primer lustro, pero donde yo, para terminar respondiendo tu pregunta, tuve quijotescamente que enfrentarme a todos los dragones, a toda la mordacidad, la sorna, la risa, el escarnio, de mucha gente que se burlaba de la idea de un festival de películas pobres, de películas hechas con muy modestos recursos (...)
No vamos a confundirnos, en el Cine Pobre no hay ortodoxia, aquí nadie está obligado a una ideología estética, ética, no, Cine Pobre es cada uno hace su cine, su estilo, su género, como quiera hacerlo, como prefiera, no es esa cosa cerrada de Dogma en los países escandinavos que te dicen que no puedes hacer ésto, no puedes hacer lo otro, ¿qué tontería es esa?, aquí cada uno hace el musical, la comedia de costumbre, la comedia mordaz, satírica, de la sociedad contemporánea o el drama social, la tragedia, lo que tú quieras hacer, el género que tú quieras, documentales…, pero la única prédica es una ética de cineasta y utilizar modestos recursos que son los únicos que tienes a tu alcance, y el no tener grandes recursos no significa que tú te detienes, o se aprovechen de ello los productores de todos lados, para que tú no hagas tu obra, porque a lo mejor tú eres considerado un individuo que haces una obra incisiva, cuestionadora, polémica y eso tú sabes…, que no hay mejor censura que la de Hollywood, y la que tienen todos los países después de Hollywood, es decir: “Este proyecto es muy costoso, señor, no tenemos ahora el dinero, vamos a ver si dentro de cinco años tenemos los recursos, y el público este tipo de proyecto no lo asimila, la gente que va al cine tiene entre 14 y 20 años”. Estos son los malabarismos que utilizan las industrias y los estados,las instituciones supuestamente “altruistas”, “filantrópicas” y de “mecenazgo cultural”, para cortarle la lengua a los autores.
(...)aquí no se predican los diplomas, aquí tienen que ser premios que signifiquen que el realizador o realizadora se van a alimentar con tranquilidad por lo menos seis meses, ellos y su familia, o van a tener un instrumental tecnológico que les va a permitir mejorar la calidad de sus trabajos y ahorrar en recursos económicos, para que no gasten dinero alquilando equipos, etc; yo no favorezco en este festival el hecho de no otorgarle nada material a los autores: ¿usted quiere dar premios?, no se aparezca con las manos vacías, de un premio en tecnología o en metálico, afortunadamente tenemos 10 premios con esa consistencia, que son los premios fundamentales, que, de arriba para abajo, comienzan con el de Swiss Effetcs, que es el premio del ampliado a 35 mm, equivalente a unos 15 000 €uros, y hay premios más pequeños de 1000 €uros, que le viene muy bien a los cineastas, o también 1000, 2000, 5000 €uros en tecnología, con 5000 €uros tú te puedes hacer de un buen equipo, una buena cámara, un buen sistema de montaje de edición o de programas de edición, en fin, eso es lo que aspira el Festival. Los pequeños eventos tenemos que hacer eso porque Cannes es el único Festival que te da trabajo, cuando tú te llevas la Palma de Oro de Cannes, puedes esperar que vengan tres productores a decirte: ¿Qué película quiere hacer ahora?, porque Cannes da dinero, el Oscar también, pero de ahí para abajo, ni Venecia, ni ningún festival te da la posibilidad de continuarte en la profesión, entonces existen muchos pequeños eventos que son para atraer turistas a la ciudad, porque las autoridades o los negocios de la ciudad van a prosperar e inventan un festival. Gibara no se hace por estos motivos, no tenemos esa estructura de pensamiento ni económica, se hace para favorecer un determinado tipo de cine alternativo, independiente, libertario, y justamente la prédica va unida a la praxis, aquí los premios deben ser todos en especies. El premio "Cesare Zavattini" que lo daba Vando Martinelli, que era un empresario solidario en este país y de su pecunio personal, porque no se iba a ninguna macro-institución de beneficencia a buscar el dinero, de sus ganancias personales, él entregaba 3000 dólares anuales, lo que nosotros le dijimos: Vando, coge un respiro, porque además sabíamos que los negocios no le iban nada bien, pero afortunadamente entraron otros a sustituirlo, otras instituciones(...)
(...)cuando yo después de ese letargo obligatorio en que me tuve que sumir a los 50 años que es la edad mejor que puede tener un director de cine, entre los 50 y los 60, estadísticamente está considerado así, cuando yo regreso al cine gracias a la revolución tecnológica, no a una revolución social, sino tecnológica, yo descubro muchas cosas que también me inspiran a hacer el festival: al no tener el coproductor que esté arriba de mi diciéndome que tengo que tener a la actriz o al actor tal, porque ni él tiene dinero para traerme a nadie ni pagar el billete de avión de ningún actor, voy adquiriendo cada vez más libertad, y cada euro o dólar que se va ahorrando, es un euro de libertad, es un dólar de libertad, entonces descubro que el Cine Pobre te da una gran libertad de autor, como artista tú eres muy libre lo que te tienes que acomodar a un presupuesto y no hacer la historia de la Revolución Francesa como yo tuve el privilegio de hacer en un momento determinado o hacer el gran clásico de la literatura cubana de siglos anteriores, como fue Cecilia, El siglo de las luces, o sea, adaptándote a tu realidad, a tu presupuesto tú tienes una libertad con la cual yo nunca gocé hasta ese momento(...)
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