Por Armando Dorrego
Qué cosa el tiempo, eh????, de cómo va pasando y uno va ingiriendo, inconscientemente, ese antídoto contra el pasado, los buenos y malos recuerdos, los lugares donde uno vivió o viajó….las fotos, la familia, los abuelos, los amigos ….pero de pronto un día una va desesperadamente en busca de eso que mantuvo encubado y a veces encuentra respuestas humanas que superan nuestras expectaciones ….
Fuimos a New York la semana pasada, un largo fin de semana desde el jueves a Lunes. El nieto de Sergio fue el protagonista del viaje y no New York , el trabaja en un hotel recibiendo a los huéspedes (“Yotel” Hotel en la 42 y la 10 Ave) nos consiguió allí a precio de posada, maravilloso hotel, de lujo, minimalista, tecnológico, con ciertos toques de época para epatar a los jóvenes como un striptease que todos esperaban a las 6 la tarde a lo cabaret alemán ; una chica anémica a los años 30, bailaba sobre las mesas hasta quedar en armiño, pero lo más importante no fue la confortable suite con balcón, ni los bambúes de la terrazas con luces indirectas, ni los cristales transparentes, lo interesante fue el reencuentro de Sergio con el Nieto,
El nieto nos fue a buscar al aeropuerto con la novia, una chica irlandesa- italiana, que después la confundimos con la modelo que se desnudaba, pero no, no era ella, la Stripper tenía más ojeras, mas calle… esta trabaja en un restaurante Francés en Chelsea, una zona totalmente de moda, no se si han estado, cafecitos, boutique, etc. ….fuimos con el nieto invitados al restaurante francés y comimos un pato maravilloso y el vino y los postres todo el que queríamos sin pagar… después lo invitamos a escuchar jazz en un bar del Village y ahí salió todo. El nieto descubrió que tenía algo en común con Sergio: el Jazz, se retrataron, Sergio intento algunas veces tocar el pasado pero el nieto no quiso o esquivo y menciono algunas cosas tristes dichas con alegría sin resquemores, ni deudas.
La noche siguiente siguió llamándonos, estábamos preocupados, mas Sergio que yo, porque pensaba que esa insistencia podría envolverlo en una deuda emocional o sentimental que a estas alturas no estaba dispuesto a pagar, lo convencí que no, que era una necesidad afectiva lo que se notaba a gritos
después de un largo día recorriendo el barrio italiano, luego el hindú, donde almorzamos y después comparamos en una tienda tres maravillosas estolas para sustituir Lukas que hace como 7 años compramos allí mismo, esas estolas de cachemir las tiramos en los sofás y nos tapamos con ella, donde único la hemos visto es allí ya las que teníamos estaban muy viejas y quemadas de cigarro de cuando fumaba.
A pesar del asedio, le contestamos el teléfono(yo) al nieto que quería vernos cuando terminara el trabajo y llevarnos a escuchar jazz otra vez, a nosotros nos gusta el jazz, pero no estábamos dispuesto a gastar el poco dinero que tenemos en clubes de Jazz, no era para tanto, pero hubo necesidad de decirle eso pues él nos invitaba a un lugar maravilloso que ya había reservado y donde tocaría un músico famoso que él conocía le dijimos que lo dejara para el día siguiente, nos dijo que cambiaria la reservación pues el tal músico también iba a estar el Domingo, en fin que le propusimos vernos en la habitación cuando terminara, nos dijo que iría más tarde la novia;
De regreso por Lexington compramos vinos y quesos y llegamos molidos; dormimos desde la 7 hasta las las 11 que nos despertaron los toques de la puerta; era el nieto solo; llego con una botella champagne, un abridor de corcho que después le causo tremendo dolor de cabeza a Sergio en el aeropuerto pues pensaban que era un navaja y aquello no aparecía…en fin que se lo devolvieron, también trajo un robot de juguete en una cajita; movió las sillas de la terraza a la salita , como si el viviera también en la suite; dijo que quería tomar primero algo de whisky, Sergio lleno su vaso yo me serví vino, y puso música en el programa Pandora de su I Pod, lo conectó del plasma de la salita; por supuesto jazz y tocado por un músico que nos mencionó y no conocíamos Ahí comenzó la idea para el supuesto guion
El nieto nos conto que cuando tenia aproximadamente 12 años un día en una clase de arte; la profesora conversaba con ellos sobre el jazz, a raíz de que un músico famoso vendría a tocar al teatro de la escuela el fin de semana, la profesora pregunto a los alumnos quienes de la banda estaría dispuesto a acompañar a Winston Marsalis; en las baterías el nieto de Sergio levanto la mano y quedo finalista para tocar con el músico cuando termino el turno, la profesora se quedo con el , converso con el entre otros temas sobre jazz afrocubano; y el nieto dijo que su abuelo era cubano y que era director de cine, la profesora le pregunto el nombre del abuelo y cuando el nieto le dijo el nombre; la profesora se sorprendió y se admiro porque conocía al abuelo, se lo habían presentado cuando exhibieron una retrospectiva de películas cubanas en el Lincoln Center, donde había visto una de sus películas sobre la esclavitud, más que la sorpresa de la profesora, fue la emoción del nieto al descubrir que la profesora, su profesora querida de arte y música, conocía a su abuelo
Propuse que eso era un buen tema para un guion y lance el titulo “ Yo toque con Winston Marsalis “ y entre vinos y whiskys , forzamos a Sergio esa noche en la habitación a que participara en la discusión de proyecto. Fue una manera de que el nieto le expresara sus sentimientos a su abuelo. El nieto le dio vida l personaje del abuelo y lo convirtió en un viejo saxofonista venido a menos; que había sido rescatado por un productor musical en Miami para que viniera a un concierto de Jazz en NY. El abuelo sabia de la existencia de un nieto en Manhattan y de ahí comienzan los enfrentamientos y confrontaciones generacionales de un viejo y un joven newyorquino de origen también hispano que no habla una palabra en español. El abuelo y el nieto saben perfectamente quienes son, pero no dan su brazo a torcer y se cuentan cosas de sus vidas, que dan pie a conocerse íntimamente; era de cagarse de la risa; porque en la medida que pasaban las horas y subía el nivel de alcohol, Sergio se fue metiendo en la historia al punto que discutía con el nieto como si realmente estuviera frente a un guionista enviado para hacer una película en Hollywood,
La novia no fue…el no quiso
Al otro día siguió el asedio, el nieto no hablo del guion, estaba medio avergonzado, yo provoque , pero encontré muy poca receptividad Fuimos al club de jazz que había reservado, también la novia podría ser un impedimento para seguir desbordando la imaginación, el jazz era bueno, el Jack Daniel con ginger ale también, el trago que el nos invito….hubo una única y gran frustración en toda esta historia , nos quedamos hasta las dos de la mañana esperando a Winston Marsalis, y el tipo no apareció….se sumo a la mesa la irlandesa madre de la novia y nos divertimos muchísimo…cuando salimos él se quedo conmigo y me habló sin drama.
- Me quedé como cuando esperaba por mi abuelo de niño y no venia _