Maria Shneider
Siempre me fascinó la aureola controvertida que rodea la figura y vida de la actriz Maria Schneider y su conflicto con la representación de su cuerpo y su práctica sexual en la pantalla. La desaparición Shneider el dia 3 de febrero de 2011, me lleva a buscar en los archivos su periplo cinematográfico y hacer cierta reflexiones sobre la personalidad del actor, su relación viceral con el director y el film particular que marca su identidad cinematográfica. En el caso de Shneider, su papel protagónico en “Last Tango in Paris” que encabezó su carrera de forma controversial y determinó su persona artística a lo largo de su vida. De acuerdo a las reseñas y fichas técnicas sobre la actriz: Maria Shneider nació un 27 de marzo de3 1952, hija del famoso actor francés Daniel Gelin y Marie-Christine Shneider, la directora de una librería en Paris de origen rumano, con la que Gelin nunca contrajo matrimonio. Schneider comenzó su carrera fílmica en 1969 con “Madly”, de Roger Kahane, gracias a la gestión de Alain Delon, pero su actuación no aparece en el reparto. Pudo haber protagonizado “El Oscuro Objeto del Deseo”, de Luis Buñuel, pero no logró el papel que posteriormente fue otorgado a la actriz española Angela Molina. Es claro que los primeros intentos de Shneider para ingresar en las filas de las actrices del momento fueron fustrantes y mucho más para una joven de 17 años en busca de su realización cinematográfica, pero el turno de protaganizar un film importante, dirigido por un director de primera línea le llegó a la edad de 19 años con “El Ultimo Tango en París” de Bernardo Bertolucci en 1972, interpretando a Jeanne, una joven francesa, junto al ícono cinematográfico Marlon Brando, en esos momentos con 58 años, interpretando a un americano de negocios viudo que tras un encuentro casual en un apartamento que ambos desean alquilar, establecen una relación solamente basada en el sexo sin revelar información personal e incluso sus nombres. Bertolucci terminaba de rodar dos films políticos "Antes de la revolución" y "El conformista" cuando determinó realizar "Last Tango..." en una exploración al drama íntimo de aristas existenciales, que proponía romper las reglas de los establecido en cuento a la relación sexual y la aceptación de su propia naturaleza.
El film trascendió por sus desnudos frontales y escenas sexuales explícitas que incluyen la masturbación anal de Brando realizada por Shneider gracias a una barra de mantequilla. En una entrevista al Daily Mail de Londres la actriz expresó sobre esta escena que, "debí haber llamado a mi agente o a mi abogado para que viniera al set ya que no se puede obligar a alguien a hacer algo que no está en la secuencia del guión, pero entonces yo no sabía. Marlon me dijo: 'María, no se preocupe, es sólo una película,' pero durante la escena, a pesar de lo que estaba haciendo Marlon no era real, yo estaba llorando lágrimas reales. Me sentí humillada y a decir verdad, me sentí un poco violada, por Marlon y por Bertolucci. Después de la escena, Marlon me consoló y me pidió disculpas. Gracias a Dios, fue sólo una toma...Y agrega: "ya nunca utilizo mantequilla para cocinar sino aceite de oliva. Según Shneider Bertolucci la trató como un símbolo sexual y no como a una actriz. En su molestia llegó a expresar que Bertollucci era más un gangster que un director de cine, al cual llegó a considerar su peor enemigo y lo describe "gordo grasoso, sudoroso y muy manipulador” tanto de Marlon como de mi misma con tal de conseguir sus propósitos". Y continúa su diatriba contra el director en el documental televisivo “Erase una vez… El Ultimo Tango en París”. (2004) cuando expresa; “nunca haber conocido a ese hombre”. Es obvio que para Schneider haber protagonizado un film de tal fama controversial no resultó del todo lo agradable que la oportunidad le ofrecía y esto la motivó a decir que nunca más haría un film con escenas sexuales ni desnudos(1).
Pero los designios del séptimo arte son impredescibles y en 1972 protagonizó "The Passenger" dirigida por Michelangelo Antonioni junto a Jack Nicholson, donde una vez más aparece desnuda en un largo plano secuencia a pesar de su comentada fobia. La carrera fílmica de Schneider continuó marcada por la propia contradicción con su integreidad física, que no la salva de regresar a las andadas con otro film controversial, "Memoria de una Puta Fancesa" que también implicaba escenas eróticas. Resultado de esas recurrencias, Shneider decidió no hacer más esenas eróticas ni desnudos en la pantalla y lo prueba al abandonar el rodaje del film Calígula para internarse en un hospital de rehabilitación en Roma, provocando ser reemplazada en el film por otra actriz. Es posible que estas contradicciones la hayan llevado a la drogadicción y a un intento de suicidio luchando contra sus propios demonios a los que logra vencer en los años 80 gracias a una comentada relación lésbica. Pero las contradicciones con su sino cinematográfico no acabarían y en 1992 vuelve a aparecer en otro film controversial "Les Nuits Fauve/Savage Nights", del francés Cyril Collard, donde el tema incide en la bisexualidad de un joven portador del HIV y su apetito por la diversida sexual.
Bernardo Bertolucci, Marlon Brando y Maria Schneider
La relación actor-director resulta llena de sutileza y brusquedad a la vez, donde ambos persiguen la perfección habitualmente, subestimando los esfuerzos y la entrega más allá de los suyos propios e inevitablemente dependiendo el uno del otro. Cierto es que hay directores que se han ganado el afecto y consideración de sus actores y otros las más fuertes críticas como es el caso de Bertolucci con Maria Shneider que llegó a declarar que el film era lo único que lamentaba en su vida, meintras que Bertolucci comentaba, "la chica era lo suficientemente madura como para entender lo que estaba sucediendo." Los actores sostienen una relación profesional y existencial con su propio cuerpo, . la máscara llega a convertirse por insistencia en su propio rostro y ese rostro en su carta de presentación. Esta forma de vida pública determina en gran medida su personalidad artística y su comunicación visual con el espectador. María Schneider sufrió la fustración de su identidad corporal quizás por su poca experiencia en el cine en aquellos momentos, en que el desnudo y las escenas eróticas no representaban parte del ejercicio cotidiano del actor y su presencia un hecho casi ineludible en las pantallas de hoy.
(1) “Last Tango in Paris” fue prohibida en Italia por dos décadas por considerarla obsena y sólo regresó a las pantallas en 1989. En los Esados Unidos mereció la clasificación NC-17 que prohibe a los menores de 17 años ver el film en una sala de cine commercial.